(He trasladado aquí esta entrada desde el blog de Encomún, para evitar complicaciones, dejando allí una versión más aséptica. Si os parece mejor quitarla, sólo tenéis que decírmelo) "Crucified on every city sidewalk, the aboriginal Christ should be free in his own church among his own people in Redfern". "Crucificado en cada una de las aceras de la ciudad, el Cristo aborigen debería ser libre en su propia iglesia, entre su propia gente en Redfern" "¿Dónde está Jesús en el WYD08? Ciertamente no en Randwick, ni en la Catedral de St Mary, ni en la tienda de productos oficiales. Encontraréis a Jesús en la "Comida compartida", sin agua corriente, pero lleno de amor a los excluidos y a los que se niegan a conspirar en los abusos de poder clerical. Jesús estará con los últimos de sus hermanos y hermanas."
Disculpadme de antemano por esta entrada tan larga y quizás un tanto personal, y más cuando ya casi nos habíamos despedido de cara al verano. Pero no he querido dejar de escribirla. Os la he dividido en dos partes.
1ª Parte
En muchos medios religiosos se va a dar (y se está dando ya) abundante y entusiasta información sobre la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ08, o WYD08 en inglés de "World Youth Day"), que el Papa Benedicto XVI celebrará en Sydney, Australia, a lo largo de esta misma semana. Desde las webs de muchos movimientos, diócesis, blogs... puede seguirse una crónica detallada, casi al minuto, de todo lo que va sucediendo. Un blogger español estará incluso entre los pocos jóvenes privilegiados que disfrutarán de una cena privada con el Papa, y lo contará en primera persona.
En esta entrada quería dar una visión alternativa y más crítica (intentaré que sea desde el Evangelio) de este mismo evento, algo que se echa en falta en la mayoría de estas informaciones.
En Sydney, efectivamente, se están congregando decenas, cientos de miles de jóvenes a la llamada del Papa, pertenecientes sobre todo a algunos de los más entusiastas movimientos católicos y, se supone, con el poder adquisitivo suficiente como para poder sufragar este tipo de turismo religioso a las antípodas. Se estima un promedio de unos 2000 euros para viajes desde Europa o América, incluyendo la inscripción obligatoria de unos 350 euros para obtener el pase a todos los eventos. Dado que los organizadores confían en llegar hasta los 500.000 jóvenes, esto supondría un gasto de... ¡¡mil millones de euros!! (aunque las autoridades australianas creen que como mucho serán unos 250.000, por lo que "sólo" hablaríamos de unos 500 millones...). La agencia oficial de viajes del evento, Harvest, tiene una página web con varios tipos de paquetes, y ofertas especiales sólo para grupos del Camino Neocatecumenal (los kikos)... ya que se trata de una empresa afín al Camino.
Además de en muchos otros medios en Internet, todos los detalles pueden consultarse en la Web oficial del evento. También se dispone de Web de Official Merchandising con los productos oficiales del evento, y de Tienda on-line. Para quien le interese descargárselo, aquí está el catálogo completo de productos oficiales, que recuerda mucho al de la Semana Fantástica de cualquier gran centro comercial. El propio cardenal Pell, arzobispo de Sydney, inauguró la semana pasada la tienda de productos oficiales del evento, instalada en Hyde Park, declarando: "¡No hay nada inmoral en ser un poco comercial!".
En la web está también disponible la completa "Guía del Peregrino", que puede descargarse en formato pdf en español: contiene información detallada sobre el calendario, la lista de empresas patrocinadoras, y también publicidad (en inglés). He seleccionado la imagen de la derecha, que anima a conseguir invitaciones VIP a la Misa de Clausura del Papa comprando un kit de teléfono móvil (conmemorativo WYD08) de la empresa patrocinadora Telstra y activándolo antes del 16 de Julio. Aún estáis a tiempo de no ser meros invitados del montón en esta eucaristía, que se celebrará en el hipódromo, en el acomodado barrio residencial de Randwick.
Hubiera podido poner más, como la publicidad de MacDonalds o la página sobre "Sexo bendecido", pero entonces esta entrada crecería aún más.
En Sydney espera el gran espectáculo que está preparando, para el cardenal Pell, el organizador de eventos de masas Michael Scott-Mitchell, que ya fue responsable de las ceremonias de los juegos olímpicos del 2000. Uno de los mayores acontecimientos será la escenificación del gran Vía Crucis (en inglés "Stations of the Cross") programado para desplegarse a lo largo de los puntos más conocidos de la ciudad, como la catedral de St Mary, la Art Gallery y, por supuesto, la famosa Sydney Opera House (si podéis leer en inglés, os recomiendo la web del Sydney Morning Herald).
El espectáculo incorpora un gran despliegue de vestuario, decorados, efectos luminosos y elementos mecánicos, para producir un impactante efecto que deleitará y emocionará a los 200.000 peregrinos previstos y a una audiencia televisiva de varios miles de millones.
Un conocido sacerdote jesuita, profesor y abogado, Frank Brennan, ha denunciado desde el sector católico progresista, entre muchas otras cosas, las medidas abusivas que las autoridades han impuesto mediante una legislación específica, la World Youth Day Amendment Regulation 2008. Esta legislación recorta los derechos de reunión y expresión de los ciudadanos que puedan estar en contra de la visita, con el fin de evitar molestias a los peregrinos. Parece que incluso algo como llevar una camiseta de protesta ante la visita puede acarrear multas de hasta 5.500 dólares.
Estas medidas han desencadenado la indignación en muchos ámbitos, y han motivado a sectores que permanecían indiferentes ante la visita del Papa a manifestarse para desafiar una ley abusiva. Se han movilizado multitud de colectivos, e incluso se han organizado campañas mediáticas para proponer las camisetas con los eslóganes más ingeniosos ("11º -mandamiento-, No molestarás", "A quién arrestaría Jesús", etc..).
Una ingeniosa forma de desafiar la prohibición, que juega con la ambiguedad, ha sido propuesta en algunas parroquias críticas con el cardenal Pell (con su talante ultraconservador y, más en concreto y por citar sólo un ejemplo, con su actitud casi ofensiva hacia las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes católicos), consistente en llevar camisetas con el slogan "PAPA", y en letra pequeña "People Against Pell's Administration" ("Gente contra la administración de Pell").
Pero lo cierto es que incluso la propia organización del evento se muestra incómoda ante esta ley. Después de todo, ¿se imagina alguien a Jesús entrando en Jerusalén el Domingo de Ramos, escoltado y protegido por las legiones romanas, los posibles gritos en su contra reprimidos con dureza por la guardia según un decreto de Pilato, mientras es recibido calurosamente por sus seguidores, por el Sanedrín y los Sacerdotes?
En fin, hasta aquí lo que quería decir de este evento, que creo sinceramente no representa a toda la juventud que se empeña en tratar de seguir a Jesús. Quizás ahora nos pilla a algunos un poco lejano pero en unos años lo tendremos justamente aquí, en nuestras parroquias, en la JMJ2011 que según todos los rumores organizará en Madrid el cardenal Rouco.
2ª Parte
Pero también quería hablar en esta misma entrada de otro asunto que viene muy a cuento de lo anterior: Hace tiempo, un par de años ya, que sigo las peripecias de una pequeña comunidad parroquial australiana, la de St Vincent, en Redfern, un humilde suburbio de Sydney de mayoría aborigen. Naturalmente, lo hago a través de su web Church Mouse ("ratón de iglesia").
Esta comunidad creció y maduró de la mano de dos personajes extraordinarios: el sacerdote Ted Kennedy y Mum Shirl, una activista ciudadana aborigen ella misma. El P. Ted Kennedy (llamado "el sacerdote de los aborígenes") llevó a cabo una verdadera tarea de inculturación del evangelio y la liturgia en las tradiciones y costumbres aborígenes, desde el respeto, la pobreza personal y desde el espíritu del Vaticano II.
La comunidad de St Vincent, que Ted Kennedy dirigió durante casi 30 años, se caracterizaba por su compromiso evangélico, la calidez de su acogida, el fuerte espíritu comunitario, su apertura en la línea más progresista del Vaticano II, la entrega a los más pobres, su intensa preocupación por la justicia social y sobre todo su activismo por la reconcilicación entre las dos comunidades australianas, aborigen y no aborigen.
Mum Shirl murió en 1998 y el P. Ted Kennedy falleció en 2005. Por sus servicios a la comunidad aborigen, ambos recibieron la Orden de Australia.
Sin embargo, ya desde antes de la muerte del sacerdote, el cardenal Pell no veía con buenos ojos las posturas de Ted Kennedy, que juzgaba excesivamente radicales. Para solucionar esto, cuando en 2003 fue necesario relevar al P. Kennedy por problemas de salud, tomó la decisión de dejar la parroquia en manos del Camino Neocatecumenal.
Esta incomprensible decisión ha producido en St Vincent una situación enormemente tensa que cada día se enturbia más y más. Según refiere detalladamente Church Mouse, los neocatecumenales han entrado en St Vincent como parece que suelen hacer en las parroquias en las que se instalan: sin respeto alguno hacia las características particulares de la comunidad de St Vincent, con sus propias celebraciones aparte de las del resto de la comunidad, sus propias normas litúrgicas y el tratamiento despreciativo de las peculiaridades y la trayectoria de esta parroquia, de las costumbres aborígenes y de la forma en que la comunidad ha conseguido integrarlas en la liturgia y en sus celebraciones.
A pesar de todo, la comunidad de St Vincent sigue adelante, trabajando en su tarea de integración y de servicio no sólo sin contar con el apoyo, sino incluso haciendo frente a lo que a veces parece boicot expreso de sus sacerdotes neocatecumenales.
En todo este esfuerzo de mantener vivo el espíritu original de St Vincent, en su movilización (infructuosa hasta ahora) para conseguir del arzobispo de Sydney el envío de unos pastores más adecuados, en su empeño en mantener viva pese a todo la llama que encendieron Ted Kennedy y Mum Shirl, la web ha tenido un papel decisivo. Pero se hace muy duro seguir su peripecia de frustraciones y desencuentros, a mí me ha producido en más de una ocasión un profundo desasosiego, a la par que una intensa sensación de cercanía afectiva, el constatar cómo nuestros hermanos en las antípodas comparten los mismos problemas que nosotros (o comunidades o grupos cercanos) encontramos aquí.
Sin embargo, la comunidad no pierde la esperanza y sigue luchando, porque saben que no están solos. En la web y en el antiguo blog pueden verse numerosos testimonios de la red de apoyo y solidaridad que se ha establecido entre comunidades afectadas por situaciones similares, cuyas parroquias han sido entregadas en los últimos años por el cardenal Pell a instituciones o movimientos conservadores como el Camino Neocatecumenal o el Opus Dei.
Precisamente una de las últimas noticias que recoge la web es la de una celebración privada de peregrinos neocatecumenales españoles de la JMJ08 con los sacerdotes de la parroquia, pero a puerta cerrada y sin permitir el acceso a la comunidad...
Otro ejemplo del desencuentro (se explica detalladamente en la entrada "No meal for the Pope"): la comunidad, en lo que consideran uno de sus principales servicios, organiza dentro del propio templo dos veces por semana una "Comida compartida" ("Sharing the meal") abierta a todos los necesitados que quieran acudir, habitualmente más de un centenar de las personas más pobres del barrio (la foto es de la comida especial de Navidad). Los sacerdotes neocatecumenales y las pocas familias "misioneras" enviadas por el cardenal Pell rehusan participar de ningún modo con el resto de la comunidad en este servicio. Pero esto no queda ahí: con motivo de la visita del Papa y de la presencia de los peregrinos neocatecumenales del WYD08, la web informa de que el párroco ha decidido unilateralmente suspender las "Comidas compartidas" esta semana ante el estupor y la incomprensión de la comunidad, argumentando que necesitan el templo para unas sesiones de catequesis con los peregrinos. Está bastante clara la diferencia de sensibilidades.
En lo que puede verse como un triste contrapunto del gran Via Crucis que se va a escenificar esta semana, los parroquianos de Redfern escribieron en los muros de St Vincent hace ya años (y lo reescriben cada vez que el párroco encarga que se borre) esta frase:
más o menos es esto:
Y termino con una última reflexión tomada de esta entrada reciente de la web (merece la pena leerla completa, en inglés), que refleja muy bien los sentimientos de esta comunidad y alude precisamente a la WYD08, y que pongo ya traducida:
Os pido para terminar que oréis un rato, no ya por la WYD08 (que ya lo ha pedido el propio Benedicto XVI y que podéis hacerlo también), sino por la comunidad de St Vincent, en Redfern, Sydney, y por su esfuerzo en seguir haciendo Reino a pesar de todo.
Julio (Montpellier)
(Todo lo expresado arriba es opinión personal del firmante)
164. Nueva etapa
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Hace más de tres años que este blog permanecía sin actualizar. En estos
tres años la vida de las comunidades, grupos y catecumenados de la
Parroquia ha con...
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