"Solo existo en la medida en que existo para otros, y en última instancia ser es amar" (Enmanuel Mounier)

miércoles, 14 de mayo de 2008

92. Oración con Pentecostés

El lunes pasado aprovechamos para reunirnos con la Comunidad de Pentecostés, hermana nuestra en Satri, para orar todos juntos un poquito. La fecha era, desde luego, muy apropiada, y la oración comunitaria giró alrededor del Espíritu y de los Siete Dones. Luego tuvimos un rato muy agradable y cálido para compartir, que todos disfrutamos.
Esta es la canción de Ixcís, "Como Sal y Luz", que pusimos para ambientar y motivar en varios momentos de la oración:



La oración consistió en una sencilla dinámica a partir de los Siete Dones del Espíritu. Para cada uno hicimos un gesto después de una breve introducción, y finalmente cada una de las peticiones que incluyo a continuación, por si os sirve recordarlas:

Sabiduría: Roguemos para que seamos sabiduría y sal de la tierra. Que nuestra sal de cristianos no se vuelve sosa, porque entonces no sirve para nada. Danos, Señor, el don de la sabiduría.

Entendimiento: Ilumina, Señor, nuestro corazón, para que sepa­mos descubrir tu voluntad y el camino de nuestra vocación. Queremos ser luz
para los demás y llevar la luz del Evangelio a todo el mundo.

Consejo: Te pedimos por toda la Iglesia, los sacerdotes, los religiosos, y en especial los laicos. Que vivan con fidelidad su vocación siguiendo los consejos evangélicos y siendo ejemplo tuyo en la sociedad de hoy.

Fortaleza: Señor, tú dijiste: "El que quiera seguirme, que cargue con su cruz y me siga". Aquí estamos, dispuestos a hacer tu voluntad. Pero que tu Espíritu nos ayude en nuestras debilidades.

Ciencia: Que todos los que se dedican a la investigación y a la enseñanza lo hagan para el verdadero progreso de la humani­dad. Que también haya jóvenes dispuestos a dar a conocer lo que supera toda ciencia: el amor de Dios revelado en Jesucristo.

Piedad: Espíritu Santo, Maestro interior enséñanos a orar. Te
pedimos por las vocaciones contemplativas, que son como el corazón de la
Iglesia, oculto y en el interior, pero necesario para su vitalidad.

Temor de Dios: Señor, ayúdanos a vivir una vida entregada al servicio de los demás, limpia en nuestras costumbres y fiel a tu voluntad, según los Mandamientos y el espíritu de las Bienaventuranzas.


Y estas son algunas fotos que hizo Alba (¡gracias!):






Al final nos quedamos con la sensación de que habría que fomentar estos encuentros, e incluso extenderlos a todas las comunidades de Satri, para que tuviéramos un marco en el que encontrarnos una o dos veces al año.

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