"Solo existo en la medida en que existo para otros, y en última instancia ser es amar" (Enmanuel Mounier)

jueves, 25 de febrero de 2010

192. Seguimos trabajando el libro "Jesús, hoy"

Ayer seguimos trabajando el libro de Albert Nolan.
Hace un par de semanas ya pusimos en común nuestra lectura de la primera parte, un muy completo análisis los "signos de los tiempos" que hace Nolan, aquí y ahora (bueno, previo a la actual crisis económica).

Ayer contamos con Antonio para que nos ayudara a entender mejor la espiritualidad de Jesús, a la que Nolan dedica la segunda parte del libro.
Destaco aquí los principales puntos que fue tratando (en mi propia versión):

Primero, lo que supone para Jesús la experiencia de su bautismo en el Jordán, en cuando a revelación de su naturaleza de Hijo y de la relación con su Abbá. De esa experiencia (entre otras) nace su confianza absoluta en su Abbá Dios, incluso cuando vienen las dificultades y finalmente ante la Cruz. Esa confianza, que se traduce en la disponibilidad absoluta como instrumento de la voluntad del Padre, es la clave de la espiritualidad de Jesús.

Segundo, el discernimiento sobre su verdadera misión, eludiendo las tentaciones de éxito inmediato, poder y vanagloria que le ofrece "Satanás", a través de su experiencia de desierto.
También el Sermón de la montaña/llano, donde expone las claves de su proyecto del Reino de Dios. Básicamente, la preferencia de Dios por los pobres, los excluidos, los marginados o los perseguidos de cualquier clase. Nolan pone especial énfasis en las malaventuranzas de Lucas dirigidas a los ricos: la riqueza no es compatible con el reino, y los ricos serán los más desafortunados, porque tendrán que renunciar a sus riquezas.

Nos dio poco tiempo a entrar en el último de los capítulos, dedicados a la forma en que Jesús va materializando el Reino, en forma de signos de sanación. Nolan califíca estas sanaciones de de holísticas, es decir, integrales, tanto corporales como espirituales/psicológicas. Son siempre en beneficio de los que lo necesitan, nunca para reivindicarse a sí mismo. Pero Antonio deja claro también que Jesús, a veces, opta por no realizar más sanaciones (en ocasiones, hasta le resulta imposible), ya que por delante incluso de su profunda empatía por las personas va siempre su disponibilidad para con la voluntad del Padre, que le lleva por otro lado.

¡Muchísimas gracias, Antonio! La semana próxima compartiremos nuestra lectura de esta parte del libro, a la luz de los comentarios de Antonio.

No hay comentarios: