Tal como nos había anunciado Arantxa (y también desde el blog de Encomún, el viernes pasado se celebró en la Parroquia de Guadalupe una oración, con el lema siguiente:
"Oración por la diversidad en la Iglesia.
Testigos de Evangelio y esperanza, constructores de Iglesia abierta".
Después de algunas dudas, Bego y yo nos animamos a ir, y con Bego muchos de los chicos de su grupo (Ruth, César, Cristina, Ricardo...) e incluso Julia.
Llegamos un poco tarde, pero la oración mereció la pena.
La idea de fondo era la de rezar por una Iglesia Samaritana y de carácter abierto, a partir del texto de la parábola del Buen Samaritano.
Hubo una proyección sobre "Los despojados de nuestra sociedad" seguida de un silencio orante, puesta en común por grupos sobre el tema "Y nosotros, como Iglesia, a quién estamos negando nuestra ayuda", varios cantos y lecturas del Evangelio e incluso algo de danza contemplativa (muy sencillita).
Apunto aquí el texto de un canto muy bonito (el original es de Brotes de Olivo: candidato al blog):
"Hazme ver con claridad
que el mundo necesita de mí
más de lo que estoy dispuesto a dar,
más de lo que quiero entrar yo en Tí.
Y Tú me dices: "¡Ven a mí!"
y yo, en verdad, no quiero ir..."
Terminamos rezando un Credo: "Creo en la Iglesia Samaritana", un texto muy hermoso pero un poco más largo, que si tengo tiempo también transcribiré.
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