65. Encuentro en Satri: Acompañamiento 2

¡Hola a todos! Aquí os pongo un breve reportaje fotográfico (fotos de Angela María) del encuentro del pasado sábado en Satri. El tema a trabajar era el Acompañamiento.
Esto es una pequeña muestra de lo que os perdisteis los que no vinisteis el sábado:
A la llegada nos acogieron con un café y unos riquísimos croasancitos (¡envidia!).

Nos reunimos entre 70 y 80 personas en la sala y comenzamos con una breve exposición de la realidad actual de algunos de los muchos grupos de la parroquia: el grupo del paro (SOIE), el de los enfermos, el grupo Dime, los catequistas, el de bautizos y el de novios. De esta forma pudimos hacernos una idea más concreta de lo que hace cada uno de estos grupos y de cómo lo hace, y también de sus necesidades.

Me impresionó constatar cuántas cosas valiosas hace tanta gente, y con qué ilusión se hace todo. La necesidad más común a todos los grupos fue la falta de gente, la falta de renovación por parte de miembros más jóvenes de la comunidad.
















Después nos dividimos en varios grupos para trabajar y debatir un poco sobre todo lo escuchado. En mi grupo salió sobre todo el problema de la renovación de personas. Asumiendo que la mayoría de los que asístiamos estábamos ya vinculados grupos y/o comunidades, y aunque en diferentes grados estábamos ya comprometidos en algo concreto, parecía que la única manera de renovarse era conseguir movilizar e implicar al sector de la comunidad parroquial más pasivo, que participa de las eucaristías dominicales pero no va más allá en su compromiso. Lo que no estaba claro era la forma de hacerlo.
Unos pensaban que primero había que ayudar a una vivencia más adulta de la fe, animando a la participación en catecumenados. De ahí saldría más tarde el compromiso casi como algo natural.
Pero otros tenían la opinión de que podía ser justamente al revés. Podía colaborar, por ejemplo, en el grupo del paro, alguien incluso vinculado sólo marginalmente a la parroquia. E incluso de una colaboración concreta real y prácticapodría surgir después la necesidad de profundizar en su vida de fe.
























Finalmente volvimos a reunirnos para un rato de oración. Hubo varias lecturas, pudo compartirse y estuvo muy presente el recuerdo de Julia, que no estuvo en el encuentro ya que su padre acababa de fallecer.



















Mi valoración personal fue buena, siempre es positivo el encuentro, crear fraternidad y abordar los problemas de la comunidad. Hay que agradecer el esfuerzo de tanta gente para preparar el encuentro, en la organización, en cada uno de los grupos, en la acogida y también la asistencia de todos.

Por hacer un poco de crítica constructiva: eché de menos al final conclusiones concretas, quizás a través de una puesta en común de las conclusiones de cada grupo, un debate comunitario sobre los problemas que se constataron que pudiera aportar ideas verdaderamente materializables.
Nos vemos el martes.
Julio