"Solo existo en la medida en que existo para otros, y en última instancia ser es amar" (Enmanuel Mounier)

miércoles, 27 de febrero de 2008

62. Jesús y la Samaritana

Aunque ha pasado ya el 3er. domingo de Cuaresma, quiero poner aquí algo del material que envió Bego sobre esta escena tan intensa y tan rica.

"En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el manantial de Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manantial. Era alrededor del mediodía. Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice: "Dame de beber." Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida. La samaritana le dice: "¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?" Porque los judíos no se tratan con los samaritanos. Jesús le contestó: "Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva." La mujer le dice: "Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas el agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?" Jesús le contestó: "El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna." La mujer le dice: "Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla."
[Él le dice: "Anda, llama a tu marido y vuelve." La mujer le contesta: "No tengo marido." Jesús le dice: "Tienes razón, que no tienes marido: has tenido ya cinco, y el de ahora no es tu marido. En eso has dicho la verdad."
La mujer le dice: "Señor,] veo que tú eres un profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y vosotros decís que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén." Jesús le dice: "Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén daréis culto al Padre. Vosotros dais culto a uno que no conocéis; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que le den culto así. Dios es espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y verdad." La mujer le dice: "Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo." Jesús le dice: "Soy yo, el que habla contigo."
[En esto llegaron sus discípulos y se extrañaban de que estuviera hablando con una mujer, aunque ninguno le dijo: "¿Qué le preguntas o de qué le hablas?" La mujer entonces dejó su cántaro, se fue al pueblo y dijo a la gente: "Venid a ver un hombre que me ha dicho todo lo que ha hecho; ¿será éste el Mesías?" Salieron del pueblo y se pusieron en camino adonde estaba él. " (Jn 4, 5-35)


Señor Jesús,
Tú has llegado a lo más hondo
del corazón de esa Samaritana,
y la ayudaste a encontrarse a sí misma,
para darse cuenta de su situación
y así buscarte a Ti,
como el que transformas y vivificas,
como el que llenas los corazones,
como el que das vida y vida en abundancia.
Por eso, Señor,
te pedimos que también nos ayudes a nosotros,
a encontrarnos a nosotros mismos,
a mirarnos con tus ojos, con tu corazón,
y así darnos cuenta de lo que estamos viviendo,
para dejar todo lo que nos aleja de Ti,
para buscarte a Ti de todo corazón,
para que Tú nos hagas sentir tu presencia viva,
y así te sigamos,
viviendo como quieres y esperas de nosotros.
Danos, Señor, la gracia de sentir tu amor
y experimentar tu misericordia,
inúndanos de tu presencia
y danos la gracia
de ser transformados y vivificados por Ti.
Que así sea.

No hay comentarios: